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¿Qué es el compromiso social?

“Hacer vida el sueño de Dios”

El compromiso cristiano es una parte esencial de la vocación cristiana y de la llamada a la Evangelización. La promoción del hombre, la defensa de los derechos humanos, la lucha por la justicia, ya no son consideradas meras tareas preevangelizadoras, sino parte integrante de la evangelización, de modo que «la acción en favor de la justicia y la participación en la transformación del mundo se nos presentan claramente como una dimensión constitutiva de la predicación del evangelio, es decir, de la misión de la Iglesia para la redención y la liberación de toda situación opresiva» (Sínodo de los obispos 1971; cf EN 31)”

Es un entrenamiento en las mismas actitudes evangélicas que Jesús sugirió a sus discípulos, cuando les inició en la misión: buscar la oveja perdida; anunciar y sanar al mismo tiempo; presentarse pobres, sin oro ni alforja; saber asumir el rechazo y la persecución; poner la confianza en el Padre y en el apoyo del Espíritu Santo; no esperar otro premio que la dicha de trabajar por el Reino.

Es una relación que posibilita el crecimiento personal y espiritual de las personas, para propiciar una respuesta creyente. Se puede concretar mediante una serie de rasgos que lo definen:

• Es un proceso. El proceso de guiar y cuidar, estando “al lado” de las personas no como quién dirige, sino como quien ayuda, habiendo hecho uno mismo el propio proceso. Se orienta a la realización plena de la persona.

• Es una ayuda dada por un cristiano a otro, para que pueda descubrir la presencia y acción de Dios en su vida.

• Es un encuentro personal en la fe que hace posible que la persona pueda leer su propia vida, como historia de salvación.

• Es una oportunidad para personalizar la fe, descubriendo el proyecto singular que Dios “sueña” para cada persona.

CLAVES

Salir de uno mismo
Transformar el mundo desde el Evangelio
Descubrir a Jesús en el otro
Disponibles para servir en lo pequeño
Hacer vida el Reino

¿QUÉ APORTA A LA PERSONA?

Inserta a la persona en el dinamismo misionero de la Iglesia. Los capacita para estar presentes, en cuanto cristianos, en la sociedad, en la vida profesional, cultural y social.

Hace coherente y viva la fe y es la respuesta al mandamiento nuevo: «Amaos unos a otros como yo os he amado»

Es fundamental para educar en la utopía, ayudar a desarrollar a la persona, a  la capacidad para transformar las estructuras presentes. Es cultivar expectativas, preparar personas que se nieguen a aceptar la realidad actual como la única posible, empeñándose en su transformación.

Contribuye a una dimensión constitutiva de la educación que es la transformación del orden social.

Hemos de favorecer experiencias profundas de solidaridad, interiorizándolas adecuadamente en comunidad.

Asumir un compromiso encarnado en la historia supone implicarse en los siguientes pasos:

1) Análisis de la realidad

2) Concienciación

3) Identificación

4) Profecía cristiana. La profecía es denuncia ante un sistema que produce desinteriorización e insolidaridad. La profecía cristiana es un signo antes que una crítica, una propuesta y no sólo una denuncia. La profecía exige la coherencia del testimonio personal.

5) Solidaridad liberadora

¿CÓMO LLEVARLO A LA PRÁCTICA?

Oración de la mañana

Campañas de solidaridad

Voluntariado en frontera

Voluntariado

Colaboración SPS

Colaboración con Spínola Solidaria

Misión rural

Misión Rural, Colonias

Voluntariado internacional

Voluntariado internacional con SPS