Los animadores Spínola reflexionan junto a Sebastián Mora y Montserrat Escribano sobre “una Iglesia más Humana”
Dentro de la formación de animadores, este año se han organizado dos sesiones para consolidar un espacio de formación teológica para las personas que animan los grupos Spínola. Hemos querido generar un suelo común en la formación y reflexión en torno a la Iglesia, conocer el proceso sinodal que se está desarrollando actualmente y compartir una reflexión: ¿Qué Iglesia sueña Dios? ¿Qué Iglesia es la que responde al proyecto evangélico de Jesucristo?
Bajo el lema: “Una Iglesia más humana” se han celebrado dos sesiones online en las que hemos contado con Sebastián Mora, Doctor en sociología por la Universidad de Zaragoza y licenciado en Filosofía por la Universidad Pontificia de Comillas. Ha sido Secretario General de Cáritas y Director ejecutivo de la Fundación Foessa (Estudios sociales aplicados). También hemos contado con Montserrat Escribano, doctora en Filosofía y licenciada en Ciencias Religiosas y Máster en Teología por la Facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia; y licenciada en Humanidades y Máster en Ética y Democracia por la Universidad de Valencia.
Para conocer el debate que se ha vivido y cómo han calado los mensajes, hemos pedido testimonio a dos animadores:
En la primera sesión de Sebastián Mora tuvimos el lujo de poder escuchar y disfrutar de su punto de vista acerca de la Iglesia y del momento actual que se está viviendo con el Sínodo de la Sinodalidad puesto en marcha por el Papa Francisco. El que fuera secretario general de Cáritas, articuló la mañana en tres grandes bloques: ¿Qué es la Iglesia? (visión teológica del tema) ¿Qué dice la gente de la Iglesia? (visión sociológica) Y ¿Cómo debe de estar la Iglesia en el mundo? (visión pastoral).
Respecto a qué es la Iglesia, todo se puede resumir con la categórica frase: No hay Iglesia sin obra de salvación y, a la vez, no hay posibilidad de salvación sin Comunidad, sin Pueblo de Dios. Dicho de otro modo, no tiene sentido vivir una espiritualidad sino se comparte con los demás, en grupo, en comunión con los otros. En este sentido, Sebas nos puso sobre la mesa dos debates. Por un lado, en relación con el tema de los abusos sexuales, reconoció que se ha ocultado porque se ha perdido la visión de Iglesia como Pueblo de Dios. Se ha ocultado por miedo a reconocer que la Iglesia no es perfecta. Por otro, Sebas nos planteó el debate de lo digital puesto que, ciertamente, en muchas ocasiones, se opta ya por esta modalidad buscando, no tanto la precaución sino la comodidad y perdiendo, por tanto, el contacto real con el otro. Cómo él mismo dijo, no existe un Pueblo de Dios digital.
A continuación, Sebas nos mostró el panorama social y actual de la Iglesia católica y de los católicos. Hay que ser muy conscientes de que la situación ha cambiado y lo que era mayoritario hace 20 o 30 años ahora es lo minoritario. La sociedad también nos ve con ciertos privilegios, sobre todo, en relación con el nivel económico. Nuestro nivel de integración en la sociedad es, sin duda, ampliamente mayor al que puedan tener los musulmanes o evangélicos. Por lo tanto, la solución es sencilla: Los católicos no podemos mantener el monopolio de la religión. Solamente, defendiendo el concepto religión en plural y socializando la religión independientemente de la confesión, podremos defender también el catolicismo.
Por último, nos centramos en la visión pastoral de la Iglesia sin pasar por el alto el inmenso individualismo que vivimos también, dentro de nuestras propias comunidades al considerar como mejor, lo que son nuestros modos de hacer. No podemos olvidar que somos una religión fruto del Éxodo, fruto de un arameo errante, que estuvo y debe seguir estando en camino. Somos, también, una religión con una tradición pentecostal y que por tanto, debemos recordar que nuestra solidez como creyentes nos viene del Espíritu. Tenemos una amplia tradición samaritana, lo que el Papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti denominó Amistad social y/o universalidad de la fraternidad. Y por último, como venimos diciendo desde el principio, nos basamos en tradición comunitaria y no podemos obviar nunca la primera comunidad de Jesucristo y los doce
Ideas claras y concisas en definitiva, que nos ayudan a recordar de dónde venimos y que estamos llamados a ser. Y sí, como decía al principio fue y es un lujo que haya personas creyentes con unas ideas tan lúcidas que sea capaz de romper con los estereotipos de un creyente del siglo XXI.
Irene Gutiérrez
¿Qué es la iglesia a nivel teológico? ¿Cómo vemos a la iglesia y cómo nos ven desde fuera? Con estas preguntas comenzábamos el sábado la formación dirigida por Montserrat Escribano-Cárcel, donde algo en mí se removió, un sentimiento que está dentro y quiere ponerse en marcha. “La vocación e identidad de la iglesia es evangelizar, contemplar la esperanza y mostrar al mundo lo contemplado”, somos nosotros Iglesia que en estos tiempos tan adversos encontramos esperanza cultivando: “el evangelio es cuidado porque el cuidado es evangelio”.
Un sentimiento de entusiasmo se despertó en mí, todos formamos parte de una “casa común” y cada uno aporta un cuidado diferente que surge del vínculo. Ese mismo vínculo que nos acerca a Dios en su plenitud, porque, como muy acertadamente dijo Montse: “No tenemos que ser perfectos, sino plenos”.
Nos encontramos en un proceso de cambio, en tiempos de ser Iglesia samaritana, vulnerable. Porque la vulnerabilidad es humana y conociendo el dolor aprendemos a cuidar: a salvarnos. Con esta formación crecen más en mí las ganas de, donde sea que acabe trabajando, formado no solamente de manera profesional sino también en el amor de Dios, cuidar a quien me rodea con la esperanza.
Quiero terminar esta breve redacción con una pregunta que a día de hoy sigue retumbando en mí: ¿Quién nos cuida y a quién estamos cuidando?
Pedro Doncel
Etiqueta:animadores, formación