El voluntariado en la frontera de Ceuta: “Conocer para amar, amar para defender”
Un año más, salimos a ser hogar con los demás y nos embarcamos en la experiencia de servicio en la frontera de Ceuta. Elena Velaure, profesora del colegio Cardenal Spínola de Huelva, nos cuenta como ha vivido estos días con un testimonio que dar valor, a ser humanos y cooperar con los más desfavorecidos:
Empezábamos esta experiencia un grupo de ocho chicas en Málaga, que veníamos con una mochila cargada de ilusión, miedos, preguntas, prejuicios y sueños, muchos sueños. Cuatro iban a vivir una experiencia en Melilla y nosotras cuatro, en Ceuta, de la mano de la Asociación Elín.
Ninguna de las cuatro éramos conscientes de que la realidad de la frontera era tan hiriente, tan deshumanizada… llegando a vulnerar tanto los derechos humanos. Desde la Asociación Elín nos han mostrado esta realidad mediante formaciones por las mañanas, visitas a la frontera y a los distintos barrios de Ceuta.
Ante tantas injusticias y violencia durante el trayecto de migración, ya que no existen vías legales y seguras para migrar, Elín pretende ser un “Oasis” donde poder coger fuerza y recobrar la dignidad arrebatada durante el camino. No podemos hacernos una idea de todo por lo que han tenido que pasar estas personas por el simple hecho de perseguir el sueño de tener una vida mejor. Esto es un derecho que todos tenemos y no entendemos cómo existen personas que aún se lo cuestionan.
Después del choque de realidad que teníamos por las mañanas, por las tardes estábamos con los chicos del CETI (Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes). Compartíamos clases de español (donde ellos nos enseñaban palabras en árabe, pular…), hacíamos actividades juntos, jugábamos, íbamos a la playa, cenábamos juntos, etc. Pudiendo así compartir nuestras vidas, enriqueciéndonos los unos a los otros y conociendo de primera mano la realidad sufriente que es la migración. Estos chicos son un auténtico ejemplo de superación, de perseverancia, siendo capaces de arriesgar toda su vida por luchar por sus sueños.
Ceuta es una ciudad atravesada por la muerte de tantas personas que intentan saltar la valla o cruzar a nado. Pero Ceuta solo es un sitio de paso. Ellos sueñan con ser felices, con tener una vida digna en la Península o en otros países de Europa, aún cuando saben lo difícil que va a ser el camino. Y ante todo esto, solo nos brota una pregunta: ¿Y ahora, Señor, en nuestra cuidad, en nuestro día a día, qué me pides que haga?
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