Un estudio científico avala el impacto del Proyecto 50/50 Spínola para lograr transformar los hábitos y optimizar el consumo de recursos

Con esta metodología conseguimos sensibilizar, involucrar a los usuarios y revertir gradualmente el cambio climático sin inversión económica inicial, concluye el estudio

Un estudio científico avala el impacto del Proyecto 50/50 Spínola para lograr transformar los hábitos y optimizar el consumo de recursos. La conciencia colectiva y el trabajo en equipo son claves en los resultados, según recoge la publicación. Unos 8.500 usuarios implicados, 85.000 metros cuadrados de instalaciones escolares y un 13% menos de consumo de recursos que ha llevado a 53.000 euros de ahorro. Unos números verdaderamente impactantes.

La investigación “Ahorro energético, agua y económico mediante el cambio de hábitos de los usuarios en doce centros educativos de España” publicada en la revista Building Research & Information de Taylor and Francis, analiza el recorrido que ha tenido el Proyecto 50/50 en nuestros colegios desde 2019. Los investigadores Jorge Gallego Sánchez-Torija, Clara García López y María Antonia Fernández Nieto tenían como objetivo “demostrar que existe una capacidad de cambio sin inversión económica: que cambiar los hábitos de los usuarios puede generar importante ahorro energético y económico”. Y por este motivo abren la puerta a replicarlo en otros sectores.

¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE?

Los crecientes problemas climáticos y medioambientales obligan a reconsiderar los hábitos de consumo humano. En este sentido, la estrategia energética de la Unión Europea pretende promover eficiencia energética, ahorro energético y desarrollo de energías renovables e innovadoras. En la COP21, celebrada en París, en diciembre de 2015, se alcanzó el Acuerdo de París. Este fue el primer consenso universal y vinculante sobre el cambio climático, que dio origen al Protocolo de París con una serie de medidas urgentes y colectivas.

Desde la Iglesia también oímos la llamada a plantearnos la raíz humana en la emergencia climática a través de la encíclica Laudato Si, en la que el papa Francisco os dice que tenemos un desafío urgente porque nuestra Casa Común se está deteriorando a un ritmo vertiginoso. Se invita a analizar el mundo desde otra perspectiva y ponernos en marcha para transformar el futuro compartido por todos.

“Se hace evidente que cuanta más gente rema en la misma dirección, más lejos llegarán y mayor será el cambio”, recoge el estudio.

En este contexto, la Fundación Spínola implementó en el curso 2019-2020 el Proyecto 50/50 en algunos de sus centros educativos. No como una mera iniciativa de ahorro, sino como una respuesta institucional hacia el compromiso real de una escuela que transforma donde está presente. Esta metodología tiene su origen en el proyecto EURONET 50/50, una iniciativa apoyada por la Comisión Europea a través del Programa Energía Inteligente para Europa (IEE) y coordinado por la Diputación de Barcelona. Así, este proyecto, dentro de la educación en el cuidado de los recursos, promueve en los colegios Spínola un valor en acción que nos diferencia como escuela conectada con la realidad.

UNOS RESULTADOS RELEVANTES

La investigación que se publica en la revista Building Research & Information se basa en este proyecto, que aplicó una metodología sin desembolso de capital inicial, pero basada en el cambio de hábitos de los usuarios para ahorrar energía en edificios educativos. La novedad del estudio realizado radica en que se incorpora también la reducción del consumo de agua, en paralelo al trabajo con la energía que se desarrolla en el Proyecto 50/50 MAX (continuación de EURONET 50/50).

Los resultados de la aplicación en nuestros centros educativos son relevantes. La reducción media del consumo obtenida fue del 13 por ciento frente al 11 por ciento conseguido en el proyecto EURONET 50/50 MAX. Además, se concluye que en el camino hacia la optimización de nuestro consumo energético, es fundamental trabajar en patrones de uso, sensibilizar e involucrar a los usuarios para dar lugar a procesos permanentes en el tiempo, revirtiendo gradualmente el cambio climático.

Entre otras conclusiones se apunta que cuando más benigna es la zona climática, más reducciones de consumo se obtienen. Los centros educativos que aplican esta metodología se localizan en las provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Málaga, Madrid y Cáceres. También se aprecia el detalle de que a centros más grandes, con mayor número de usuarios, más dificultad se presenta para reducir su consumo. En este sentido se señala la importancia de trabajar la comunicación interna para implicar al mayor número posible de personas de la comunidad educativa.

“El objetivo es demostrar que existe una capacidad de cambio sin inversión económica: que cambiar los hábitos de los usuarios puede generar importante ahorro energético y económico”.

En cuanto a la repercusión económica, el estudio concluye que el agua es un recurso escaso e independiente en este aspecto. Sin embargo, respecto a la energía, el tipo de combustible y la tarifa se presentan como condicionantes a la hora de recoger los datos de facturas, igual que ocurre con la electricidad, donde el tipo de tarifa cobra gran importancia.

RESPONSABILIDAD Y CONCIENCIA COLECTIVA, UN FACTOR CLAVE

Según el estudio “se hace evidente que cuanta más gente rema en la misma dirección, más lejos llegarán y mayor será el cambio”. También recoge la importancia de despertar en cada uno el sentido de la responsabilidad sobre el uso de recursos y el impacto de hacerlo. De esta manera es más probable que se den procesos duraderos, -más allá del seguimiento dentro del proyecto- se transformen los hábitos y cada vez se ahorre más. El Proyecto 50/50 Spínola ha generado “cadenas de conocimiento, principalmente entre niños y sus familias”.  Esto hace que la aplicación de este tipo de programa en entornos educativos sea muy eficaz”.

La investigación pretendía profundizar en las causas más relevantes de la metodología del 50/50. Aquellas que contribuyen a lograr un mayor éxito en la reducción consumo y el ahorro económico. Considerando su impacto como una experiencia a desarrollar en el futro en otros sectores.

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