Educadores Spínola reciben la formación acreditada en Godly Play para favorecer el desarrollo de la espiritualidad en las aulas
En Fundación Spínola incorporamos el método Godly Play en nuestros centros desde el curso 2019-2020: un enfoque imaginativo, desde el descubrimiento, el juego, para potenciar la educación cristiana y la formación espiritual de las personas de todas las edades y que tiene un impacto especialmente positivo en niños y jóvenes.
Hasta hoy hemos seguido un camino riguroso de formación que ha tenido como última cita el curso acreditado de formación básica para narradores y porteros que ha vivido un grupo de educadores Spínola. En los días 16, 17 y 18 de septiembre, en Madrid, y de la mano de Godly Play España, han podido vivir esta “experiencia transformadora”, en palabras de los propios asistentes.
“Recuerdo entrar en aquellas salas por primera vez, con cierta curiosidad, pero también con una sensación de desconocimiento sobre lo que implicaría verdaderamente este método. Sin embargo, lo que fui descubriendo a lo largo de los días fue algo que resonó con mi forma de entender la educación y la fe.
Esta formación vivida con compañeros que tenemos la misma “misión” y nos encaminamos a una “visión” compartida me ha ofrecido una nueva herramienta pedagógica que hace entender la vocación educadora desde una perspectiva más humana y espiritual“, apunta Marina González Domínguez, educadora del colegio Cardenal Spínola de Huelva y asistente en esta formación que nos comparte su testimonio.
En el proyecto educativo de la Fundación Spínola se integra el desarrollo de la competencia espiritual y en este sentido, el método Godly Play conecta con nuestro proyecto, ya que quiere favorecer el desarrollo de la interioridad y la espiritualidad de cada niño, como cauce para despertar la fe.
PONER EL CORAZÓN EN CADA GESTO
Las sesiones de Godly Play consisten en presentar de manera creativa las historias de la Biblia a través de narraciones y ayudados de materiales manipulativos que apoyan visualmente el relato que se presenta. Son momentos muy cuidados, que se inician con la acogida de cada alumno, con educadores en el papel de porteros y narradores, que dan la oportunidad al alumnado de formular sus preguntas, reflexionar en silencio y expresar sus aprendizajes de forma creativa y libre.
En Godly Play, tanto en el rol de narradora como portera, es clave poner el corazón en cada gesto que hacemos, en cada palabra que se dice, desde la forma en que narramos una historia hasta el silencio que ofrecemos cuando acompañamos. Esto resuena en mí como educadora Spínola que no solo transmite conocimientos, sino que también se implica, acompaña y genera un ambiente de confianza y amor.
En mi papel como narradora, experimenté la importancia de la sencillez. Contar las historias bíblicas de manera simple, con el corazón, me hizo darme cuenta de cómo lo sencillo puede ser tremendamente profundo. Esta forma de narrar me enseñó que, en la educación, menos puede ser más, y que transmitir lo esencial con claridad y ternura permite a los niños conectar con lo sagrado de una manera natural. Esto nos invita a vivir la cercanía con los alumnos y a acompañarlos desde una postura de respeto y amor.
El papel de portera , por otro lado, me mostró la importancia de la escucha y la acogida de todos. Ser portero en Godly Play es estar atento, cuidar de que cada niño entre en ese espacio sagrado con respeto y libertad. Es una tarea de acompañamiento silencioso, donde se valora el ritmo de cada uno. Como portera, descubrí el valor del cuidado y la paciencia, respetando el proceso de cada niño, sin forzar, sino permitiendo que Dios obre en ellos a su tiempo.
UNA ALIANZA DE ENRIQUECIMIENTO
En nuestro recorrido de descubrimiento y acogida de este método nos ha acompañado Godly Play España, una institución que ha desarrollado esta práctica y que garantiza su fidelidad a los principios desarrollados por Jerome Berryman y su equipo durante más de cuarenta años. Se trata de una alianza que nos enriquece como institución educativa, conectando con nuestra misión y visión como escuela para el presente.
Al terminar la formación, pude tomar conciencia de la conexión entre los valores de fe, sencillez, acompañamiento y corazón, esenciales tanto en Godly Play como en el proyecto educativo de nuestra Fundación.
Me ha servido para reafirmarme en algunas ideas esenciales en mi tarea diaria: educar no es solo enseñar, sino crear espacios donde los niños puedan crecer en libertad, apoyados por una comunidad educativa que los acompaña con cariño, y desde la fe.
Esta formación me ha ayudado a redescubrir y fortalecer mi compromiso como educadora Spínola, en una escuela que es Buena Noticia, que anuncia el amor personal de Jesucristo desde la pedagogía del corazón, como un día soñaron nuestros fundadores.
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