Los Educadores nuevos de los colegios Spínola redescubren su misión: “Solo cuando vives el amor personal de Cristo, eres capaz de formar otros corazones”
En nuestros centros, las personas que se incorporan como educadores, tienen la oportunidad de compartir un encuentro para conocer el Carisma, encontrarse en nuestra misión y vivir una auténtica experiencia como Familia Spínola. Del Encuentro de Educadores Nuevos de este curso, celebrado en noviembre en el colegio Sagrado Corazón de Málaga, nos habla Ana Gutiérrez, que forma parte de la comunidad educativa del colegio Sagrado Corazón de Coria. Nos emociona leer sus palabras y cómo esta vivencia les sirve para redescubrir su vocación.
“Esta experiencia ha supuesto para mí el punto de partida de una gran transformación como educadora. Es difícil explicar todas las sensaciones y emociones que he podido vivir durante estos días en el encuentro, pero si tengo claro que estoy muy agradecida de todos los aprendizajes y experiencias que me llevo.
El primer día todo es incertidumbre y expectación. Llegas a un lugar nuevo con personas desconocidas pero que poco a poco descubres que tienes mucho más en común con ellas de lo que podrías imaginar. Esta sensación cambia tan intensamente, que finalmente acabas la experiencia sintiéndote completamente integrado en la Familia Spínola.
Esas personas que al principio son desconocidos, descubres que tienen las mismas metas que tú: ver crecer personalmente a los alumnos, ver que se enriquecen de valores y experiencias únicas y que poco a poco van aprendiendo a ser mejores personas. Siempre formando corazones llenos de luz y amor a Cristo. Y esta sensación te llena por dentro. Engrandece la motivación de seguir trabajando día a día todos unidos.
Durante estos días, he podido reflexionar sobre cuales son mis objetivos y metas como educadora: dónde quiero llegar y cómo lo voy a hacer. He conectado con mi vocación, a través de testimonios de personas que han compartido con nosotros su trayectoria. He comprendido de donde viene el sentido de la Familia Spínola, qué le impulsa y qué queremos llegar a ser, conociendo nuestras raíces, que un día crearon Marcelo y Celia, y por las que hoy seguimos trabajando para que crezcan cada día más y nunca desaparezcan. Y sobre todo uniendo nuestras vidas al carisma de esta familia, aquella en la que nadie se queda fuera, que transmite confianza, acogida, misericordia y amor y donde no se exige lo que no somos.
Yo ya me sentía parte de la Familia Spínola porque fui antigua alumna del colegio Sagrado Corazón de Coria, pero ahora esta parte ha crecido más aún. Quiero colaborar con mi granito de arena en el sueño de nuestros fundadores, ofreciendo a los demás luz, apertura y amplitud. Solo cuando vives el amor personal de Cristo, eres capaz de formar otros corazones, por eso es el momento de ponernos en acción. Seguir construyendo con cada pequeño gesto una familia unida, con ilusión y dando lo mejor de nosotros.”