Nacho Alonso: “Ha sido tiempo de arriesgarse uno mismo para ayudar a los demás”
En nuestra memoria sobre el curso 2019-2020 y en la sección de antiguos alumnos hemos querido dar voz a profesionales que han vivido en primera persona la alerta sanitaria, la crisis social, la incertidumbre y el miedo en la sociedad. Antiguos alumnos que, por su profesión, han dejado el sello Spínola en la pandemia.
Nacho Alonso es interventor bancario y concejal y estudió en el colegio Sagrado Corazón Ronda.
Pregunta: ¿Cómo has vivido la alerta sanitaria por tu profesión?
R: Tanto en mi actividad en el banco como en mi puesto de concejal en el Ayuntamiento de Ronda, que ambas eran actividades esenciales, he visto un cambio de ritmo en el trabajo, igual que vivimos un cambio de ritmo en nuestras vidas. A pesar de que seguía trabajando, y en ese sentido no notara mucho cambio en la rutina, sí que se podía ver en el ambiente algo distinto: mucha gente sufrió el confinamiento durante semanas, encerrados, pasándolo mal o con la angustia de no poder volver al trabajo. Ese estrés y esa incertidumbre yo no la he vivido pero la he visto a través de la gente que acudía a mí con alguna necesidad en cualquiera de los puestos. Personas que se han sumido en crisis familiares de índole social, económica, por falta de dinero, de recursos, de trabajo… Personas que necesitaban un alivio económico y que acudían a nosotros para encontrar soluciones. Vivimos una situación de gran incertidumbre, sin saber a qué nos enfrentábamos.
P: ¿Qué ha significado para ti tomar partido en este momento histórico?
R: Ver que personas necesitadas, familias vulnerables acudían a nosotros me hacía pensar que había que estar al pie del cañón, siendo consciente de la situación que estábamos viviendo: muchas dudas, miedo, exponiéndome al salir a la calle… Ha sido tiempo de arriesgarse uno mismo para ayudar a los demás. Llegar a casa, tener que limpiarte y guardar mucho cuidado para no poner en peligro a los tuyos pero a la vez sentirte realizado por lo que has hecho. Aunque era complicado de gestionar emocionalmente porque sientes empatía con lo que la gente está pasando, y hay casos en los que no puedes hacer nada. También era gratificante el ver que la gente depositaba toda su confianza en ti.
P: ¿Cómo recuerdas tu etapa en el colegio Sagrado Corazón Ronda y qué es lo que más te marcó?
R: De mi paso por el colegio Sagrado Corazón lo que más tengo presente son los valores que aprendí. Evidentemente toda la formación académica es crucial, porque hablamos de pasar allí los años más importantes en el desarrollo de un niño y un joven. Pero a mí me gusta destacar la importante tarea que hacía el colegio en cuanto a formación en valores. También recuerdo con especial cariño las celebraciones que teníamos, entre ellas la Coronación. Todo el que ha pisado ese colegio recuerda ese día como importante y el mayor orgullo que puede tener una persona como alumno de allí es haber participado en la Coronación de la Virgen alguna vez. Tradiciones así al final acaban convirtiéndote en devoto y yo siento que de este modo veíamos como cristianos la fe materializada. Igual que me gusta recordar la relación tan especial que teníamos con las religiosas, cómo estaban siempre pendientes de desearte lo mejor. Guardo momentos muy valiosos de mi etapa allí y agradezco a mis padres que eligieran ese centro para mi formación.
P: ¿Cuál crees que es el sello Spínola que marca a los alumnos de nuestros centros?
R: Hay un gesto que me parece un sello muy Spínola que es el pedir por los demás. Prestarte para ayudar a otros en lo que necesiten. Y si no puedes ayudarles tú directamente, pedir por ellos.
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